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El Cráneo

¿cuantos huesos constituyen la bóveda craneal?

Los procesos transversos pueden ser desde prácticamente rectos hasta dos lóbulos bien marcados, estos procesos son las construcciones mucho más variables del atlas. El arco ventral acaba en un tubérculo pequeño; tiene 2 espinas ventrales cortas y divergentes que equidistan del plano medio. De la base de éstas parte el proceso transverso, cuyo borde se dirige laterad y se prolonga anterad hacia la base de las facetas articulares con el cráneo.

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En El Eje Del Esqueleto Axial: Huesos Que Forman El Esqueleto Axial

En general, la manera de la escápula se ajusta a un patrón morfológico aproximadamente incesante, donde las diferencias son más visibles en tamaño que en forma. La hondura de las crestas y vales y la predisposición de las facetas son muy cambiantes; el tubérculo glenoideo se mantiene aproximadamente incesante, no de esta forma el contorno de la escápula que es muy variable, más que nada en sus partes posterior y del costado. No obstante, desde el punto de vista cuantitativo, la escápula se encuentra dentro de los elementos con más bajo coeficiente de variación (López-González & Polaco, 1998). Del extremo posterior del manubrio, muy cerca de la articulación con el mesoesternón, parten 2 proyecciones cartilaginosas laterales que articulan con el segundo par de costillas. En la unión de cada par de segmentos del mesoesternón se forma un par de pequeños tubérculos, uno más sale de la parte media del cuarto segmento. El tubérculo más previo articula con el tercer par de costillas, el próximo con el cuarto par, el tercero con el quinto y el último con el sexto. De la unión meso-xifiesternón parten proyecciones que se unen al séptimo y octavo pares de costillas.

En los machos, las ramas púbicas se curvan y convergen medialmente (Fig. 4C); en 16 de los 24 ejemplares examinados (67%), sus extremos siguientes se unen en una sínfisis. En un ejemplar (2%), la ulna se fusiona al radio antes de la primera mitad de su longitud total; ambos huesos se hallan unidos mediante una porción ósea de rigidez más porosa que lo usual. Al parecer, la ulna se fracturó y volvió a soldar, el punto de unión de ambos elementos es aparente. No obstante, en el ubicación donde normalmente está la unión radio-ulna, no se observa la huella de que haya estado ahí alguna vez. Este es el único caso anormal de toda la muestra analizada si se considera como condición normal, aunque poco común, la presencia de un ejemplar con siete vértebras sacras . La espina escapular, las aristas de la fosa infraespinosa y el borde medial están bien marcados, mientras el borde axilar es mucho más engrosado.

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Finalmente, se analizan siete diferentes género de craneoestenosis simples o no sindromáticas, ya sea de una o mucho más suturas. Se integra al hueso temporal originando la articulación temporomandibular que es la única articulación móvil de la cabeza, necesaria para poder charlar y masticar. Exactamente la misma el maxilar superior, la mandíbula se compone de una sucesión de agujeros llamados alveolos en donde se insertan los dientes y molares de la arcada dentaria inferior. Son dos huesos situados por detrás del maxilar superior, se distribuyen de forma profunda en la línea media.

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La disolución actualizada de la carga de la prueba a la sombra de la fórmula vacía de la íntima o libre convicción del Juez es dependiente, sin embargo, todavía más que de esta alteración institucional de la composición del proceso, de la falta de elaboración de una correcta teoría de la prueba y de la convicción inductiva. Esta carencia no puede ser suplida por la calificación de la convicción requerida como «racional» o «argumentada», o de la prueba como «cierta», «estable», «rigurosa», «probada» o con otros adjetivos similares que no añaden nada a los sustantivos. En todos y cada uno de los casos, de hecho, si se interpreta la «convicción» del Juez no simplemente como «insuficiencia» de la única prueba legal, sino más bien asimismo como criterio positivo de opinión que sustituye tal género de prueba, se corre el peligro de que el razonamiento probatorio caiga en una solicitud de principio que remite a la potestad del Juez y de que la carga de la prueba se configure también circularmente como carga de aducir las pruebas consideradas semejantes por quien tiene el poder de valorarlas y quizá de recogerlas. Eso significa que la fórmula de la libre convicción no cierra sino abre el inconveniente de la identificación de las condiciones probatorias que justifican la convicción, esto es, de la definición -no legal sino epistemológica- del término de «prueba adecuada», o, si se quiere, «convincente».

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«Asimismo el enfermo mental puede querer la acción y, por lo tanto, sitúa a la imputabilidad en la culpabilidad. En síntesis, imputabilidad, dolo, culpa y situaciones concurrentes son, para Frank, elementos de la responsabilidad es reprochabilidad. Estos son los 2 pilares fundamentales de la teoría de Frank, por cierto considerablemente más clara que la de ciertos de sus seguidores. «En la doctrina nacional predomina un concepto psicológico de la responsabilidad, si bien con notables variantes, pues todos y cada uno de los autores reconocen elementos normativos en la culpabilidad. En rigor, entre el psicologismo argentino y el normativo que trajo Jiménez de Asúa y que mantiene Frías Caballero, las diferencias no son muy notables. En los resultados prácticos nos atreveríamos a decir que la diferencia más importante finca en la admisión de la exigibilidad como límite de la culpabilidad, pero esto fue aceptado por Soler de lege ferenda en el Emprendimiento de 1960. La teoría de Jiménez Asúa, de culpabilidad normativa y también imputabilidad psicológica, prácticamente es compartida por Fontán Balestra, quien con razón se niega a ver grandes diferencias entre las dos concepciones. «Hay dolo eventual cuando en el sujeto se representa la posibilidad de un resultado que no quiere, pero cuya producción ratifica en última instancia.

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Pese a su gran distribución y gran abundancia, existen pocos trabajos que aborden la osteología de Glossophaga, y ninguno de los que hay se restringe exclusivamente a este género o alguna de sus especies (Arroyo-Cabrales & Alvarez, 1990, Smith, 1972, Strickler, 1978, Walton & Walton,1968, 1970, 1973). [newline]Por norma general, la información con que se cuenta se refiere a la clase más habitual, G. Soricina, y aún para ésta, el esqueleto no fué descrito en su integridad, ni se ha analizado su variación morfológica. En el siguiente número del Boletín Médico del Hospital Infantil de México proseguiremos con la presentación de las craneoestenosis sindromáticas y el régimen de ambas. El edema de papila y la atrofia papilar son de las adversidades mayores de las craneoestenosis que no fueron tratadas a tiempo, pero son menos usuales en comparación con la HIC que se muestra en la integridad de las craneoestenosis.79 Entre 0.8 a 0.3% de las situaciones de escafocefalia, trigonocefalia y plagiocefalia presentan EP, y solo en 0.1% de las situaciones de escafocefalia se ha reportado AP. Se ha reportado que el 9.8 y 12.7% de las situaciones con oxicefalia muestran EP y AP, respectivamente. Éstas son las cantidades más elevadas de atrofas ópticas en estos padecimientos.

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